Aislamiento térmico

En el caso del Aislamiento térmico se cumple: «No es más rico quien más gana sino quien menos gasta». En el contexto energético actual, el aislamiento térmico se ha convertido en una obligación con ganancias para todos.

Aislar es impedir o atenuar la propagación de un fenómeno físico dentro de un determinado recinto o habitáculo.

La vivienda ha tenido siempre la misma finalidad: protegerse del clima y de todo lo que conlleva. Los humanos pasamos el 85% del tiempo de nuestra vida en edificios y casas.  Necesitamos el aislamiento térmico para mantener los interiores a unas temperaturas que sean independientes del exterior.

El aislamiento térmico dependerá de la capacidad de los materiales para oponerse al paso de calor – frío por la conducción. Un edificio mal aislado se calienta en verano y se enfría en invierno.

El grado de aislamiento se evalúa por la medida de resistencia térmica o la capacidad para aislar expresada en  m2K /W. La resistencia térmica es inversamente proporcional a la conductividad térmica.

Cuando en un sistema de aislamiento hay un punto no controlado con la presencia de un material muy conductor o simplemente un agujero físico, se habla de puente térmico.

Razones para aislar:

1) Obtener confort. Con una temperatura interior situada entre los 21 y los 26 grados sin grandes diferèncias en toda la vivienda..

Hay que tener en cuenta que una gran corriente de aire es mala. Aún así, es conveniente que exista diferencia de temperatura entre las estancias de la casa para que circule el aire y se ventile. Se trata de buscar un equilibrio que supere la contradicción entre la necesidad de renovación de aire y la estanqueidad.

2) La eliminación de los fenómenos de condensación y las humedades.

3) Ahorro. Si la eficiencia energética no mejora el aumento de la demanda energética no se podrá parar. Esta situación se agravará porque en el futuro producir un kW extra de electricidad podría aumentar entre un 50% y un 400% su coste.

Hola. ¿En qué podemos ayudarte?